jueves, 18 de diciembre de 2008

INFIEL?... NO IMPORTA CUAN LEJOS TE VAYAS

No sé si seré el único, no creo, pero siempre he podido escuchar en esas reuniones de amigos, "noches de hombres", cientos de historias o anécdotas, mismas que al escucharlas les prestamos mucho interés, como si fuese una película. A cada palabra, nuestros cerebros van imaginando la escena, maquinando el rumbo y desenlace, dando la posibilidad del éxito o en el peor de los casos, la "fatalidad" del hecho.

En mi experiencia, siempre hablando de mis primeras experiencias en el mundo de la infidelidad, recuerdo una vez en que estaba "loco" por una chiquilla que tenía fama de "loquita". Ella era un monumento a la belleza física. Cierta vez cuando ya trataba yo de "pescar" a la susodicha en cuestión, nos encontramos en su casa (por esos días estaba yo ya con la chinita de la que en algún momento les conté). Para ésto, vale mencionar que la mamá tenía la misma fama; no precisamente por que estén fuera de sus cabales. Resulta pues que la mamá no estaba en casa, estábamos conversando de lo más tranquilos, cuando me dijo:

- Qué te parecen mis senos? mostrándomelos claro (imagino que en este momento tratan de dibujar mi cara en su mente, como yo lo haría de ser Uds. quienes me cuentan)

- La verdad? le dije

- Sí, contestó ella , para nada ruborizada por cierto

- Me parecen los más hermosos que he visto en mi vida, contesté (respuesta que tenía hasta quizá antes de que me lo preguntara) cosa que era muy cierta. Y así fuesen los primeros que hubiese visto, mi respuesta no hubiese sido otra por supuesto

- De verdad? replicó

- CLARO, por que diría algo que no fuese cierto

- Por que los hombres siempre dicen cosas así para conseguir lo que quieren

En ese momento me puse a recordar si en algún momento le había mencionado lo que quería, pero por más que intenté no pude. Solo quedaban dos posibilidades; o sabía leer la mente, o simplemente que ella daba pie a lo que realmente quería ella (sin que ésto quiera decir que yo no lo deseara por supuesto). La cosa era recíproca; AMBOS QUERIAMOS LO MISMO, PERO A DISTINTAS VELOCIDADES, sino que simplemente ella odiaba los rodeos

- No todos lo hombres somos iguales le dije (les suena familiar?, UN CLÁSICO)

- Éso también lo dicen siempre, repuso

La cosa empezó a calentarse, como no podía ser de otra manera, en lo mejor de todo (como en las películas) ya cuando casi se consumaba el sueño de poseer a la "loquita", se levantó del mueble, cómplice de nuestro furtivo encuentro,

- MI MAMÁ ¡¡¡¡¡¡

- No está, dije tontamente

Suele suceder en esos momentos en que uno, como es lógico, desconecta todos los sentidos, y hasta el cerebro de la realidad, más no de lo que está haciendo, dando respuestas como esa sin analizar nada

- NO ¡¡¡¡¡ LA PUERTA¡¡¡¡¡ MI MAMÁ REGRESÓ

En ese momento, recién puede uno darse cuenta de lo maravilloso del cerebro, capaz de pensar en tantas cosas al mismo tiempo. No se dan una idea de lo que puede cruzar la mente en esos milésimos de segundo

Han visto alguna vez la imitación de como corre un pingüino? Pues yo no lo había visto, LO TUVE QUE HACER, hasta llegar al baño. Salí a los pocos segundos, y como si nada hubiese pasado, ella igual. Hasta hoy me pregunto cómo hizo para vestirse tan rápido, cual mujer maravilla, ambos muy fácilmente podríamos haber postulado a un OSCAR y ganarlo, debo confesar que tenía ella nervios de acero.

- Señora, buenas noches. Bueno ya que regresó, me retiro, ya no estará su hija sola

- Muchas gracias, dijo

- Te acompaño a la puerta, dijo mi cómplice

- Claro , gracias. Hasta luego señora

Ya en la puerta me dijo, para encontrarnos al día siguiente y dar una vuelta

- Claro, nos vamos al cine, le dije

- OK, respondió

Ya camino a casa, iba pensando en lo que le diría a mi enamorada para escaparme al día siguiente con la "loquita" y no tener problemas, además de ir maquinando claro, a dónde? a qué cine?. Uno lejos, donde nadie nos pueda ver, era lo más lógico pensar. Y así fue; al día siguiente plan de 2 de la tarde, sábado, nos encontramos a unas dos cuadras de casa. Me aseguré de que mi "chinita" estuviera en su casa y... afuera. El sitio elegido en ese entonces; el Alhambra, cine no muy transitado por la gentita de mi sitio, menos posibilidades de ser "pescado" el "pescador". Todo bien, película, besitos, abracitos, etc. Conversamos para ir a su casa al salir, dado que para variar su mamá no estaría. CHÉVERE dije, pero me adelanté; ni bien pusimos un pie en la calle, HORROR........ cara a cara con la prima de la "chinita". Cosas del destino? Mala suerte? JUSTICIA? O qué? Nuevamente el cerebro a 700,000 revoluciones por milésima, pensando en lo que pasaría ahora que la prima le cuente a la "chinita". La prima solo me miró. Imagino la cantidad de cosas que habrán surcado su cabeza (al igual que la mía). Aún así, en tan delicada situación, le mantuve la mirada e incluso un gesto de saludo, bien serio; AQUÍ NO PASÓ NADA, una ceja para arriba y un esbozo de sonrisa, y seguir caminando.

Las consecuencias no serían muy diferentes que las de la vez anterior, y la explicación la misma: "Fue sin pensar, nos dejamos llevar, no significa nada para mí, consecuencia de que no me prestes la atención debida". Lo de siempre; LOS CLÁSICOS.

Por éso, no importan cuán lejos o escondido; siempre hay una amiga de la amiga de su amiga. O como en este caso, LA PRIMA MISMA.

COSAS QUE PASAN....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo que t{u, la trato como una reina a la chinita y a la prima. Si tropiezas con una, las dos te apalean.